En cada contacto con el mundo exterior de los negocios y cada vez que haya una condición
negativa que aparente tocar tu mundo, instantáneamente toma esta determinación:
«YO SOY LA PRECIPITACIÓN Y LA PRESENCIA VISIBLE DE CUALQUIER COSA QUE
YO DESEE Y NO HAY HOMBRE NI COSA QUE PUEDA INTERFERIR EN ELLO».
Cuando yo hablo de precipitación, no sólo me refiero a la apertura de los canales invisibles, sino a cualquier canal, ya que todo es precipitación, lo creado y lo no creado aún, y no hay sino una pequeña diferencia de actividad.
Cuando yo reconozco quien «YO SOY», he entrado en el gran silencio donde está la más grande actividad de Dios. Este reconocimiento debe traer grandes revelaciones al individuo si él acepta esto gozosamente.
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